Una Casa Huerta se refiere a un huerto familiar donde los participantes cultivan sus propios alimentos de forma responsable y sostenible. Siendo esta es una forma alternativa para contribuir y abastecer el hogar con alimentos naturales respetando el medioambiente.

La Casa Huerta se realiza en terrenos propios, como patios, terrazas, balcones o incluso en macetas. Los cuales deben estar bien ubicados para recibir la cantidad necesaria de luz solar y un buen drenaje del agua de riego.
Es fundamental tener en cuenta que la preparación del suelo para la huerta urbana es clave para garantizar la producción de los alimentos. Para ello se recomienda mezclar tierra con abono orgánico como: hojas secas, hierbas o compost. Esto con el fin de mejorar la calidad nutricional y textura del suelo.
Una vez preparado el terreno se procede a sembrar las semillas escogiendo previamente aquellas variedades adecuadas para la zona climática (frijoles, maíz, chiles, entre otros). Asimismo, resulta importante planificar cada parcela de acuerdo a las necesidades nutricionales y espaciales de cada planta.
Tabla de contenidos.
La Casa Huerta también puede incluir frutales como limoneros o naranjos. Así como hierbas aromáticas como: romero o tomillo. Esto entre otros elementos que complementen la producción vegetal y flores ornamentales que ayuden a crear un ambiente agradable y lleno de vida.
La Casa Huerta tiene muchos beneficios.
Como ya lo habrá nota, la casa huerta tiene muchos beneficios a corto y largo plazo. Sin embargo, aquí mencionaremos los que consideremos más valiosos.
Alimentos frescos y saludables.
Los alimentos proporcionados por la Casa Huerta son frescos, saludables y sin pesticidas o productos químicos añadidos. Lo que significa que los alimentos tienen un sabor superior, así como nutrientes más ricos para mantener una dieta saludable.
Ayuda a reducir la cantidad de desechos.
Otro de los grandes beneficios que nos ofrece la casa huerta es que ayuda a reducir considerablemente la cantidad de desecho. El cual es generado por el uso de envases o recipientes plásticos, que permiten transportar las frutas y verduras compradas en supermercados.
Al considerar esto, nos damos cuenta cómo reducimos de manera exponencial el uso de plástico. Siendo esto un punto crucial para contribuir en la mejora del medioambiente.
La huerta fomenta la actividad física.
Un beneficio más de tener una huerta urbana es que nos ofrece un estimulante ejercicio físico para toda la familia. Algo que contribuye al bienestar personal a través del cuidado de la tierra y los cultivos locales.
También ayuda a para que los miembros más jóvenes de la familia puedan particular y aprender de donde proceden los alimentos orgánicos que consumen. Algo que también fortalece su educación alimentaria.
Crear un buen espacio de convivencia.
La preparación y mantenimiento requeridos para construir y cuidar una huerta familiar facilita las relaciones sociales entre padres e hijos. Esto debido a que deben de trabajar en equipo para crear su propia casa huerta.
Aparte de eso, estas actividades también incentivaban la interacción comunitaria con los vecinos. Quienes pueden reunirse para compartir experiencias e ideas, ofreciendo así muchas oportunidades para aprender y crecer juntos dentro de la comunidad local.
Seleccionar el sitio ideal para la casa huerta.
Elegir el lugar para la Casa Huerta es uno de los pasos más importantes. Puesto que debe estar ubicado cerca de un sitio donde tenga acceso a la luz del sol y contar con un buen suelo para que las plantas puedan crecer.
En este sentido, se recomienda elegir el lugar antes de empezar a trabajar con la construcción de la huerta urbana. Ya que hay muchos factores en juego al elegir el rincón más adecuado para tu Casa Huerta.
Una vez determinado el sitio, se debe preparar el suelo para que esté listo para sembrar las plantas. Esta tarea incluye hacer un recuento del tipo de suelo existente. Como por ejemplo al determinar: si es arcilloso, con demasiada gravilla o arenoso.
Tal como lo hemos hablado en otros artículos. Es muy crucial comprobar los nutrientes del suelo mediante un análisis químico. Y de ser necesario mejorarlo con humus orgánico u abono. Pudiendo además agregar materiales como la turba y las rocas volcánicas para mejorar los sistemas nutricionales del terreno.
Una vez preparado el terreno, se deben seleccionar cuidadosamente las plantas a cultivarse para luego obtener semillas certificadas. Aquí debe tener presente que esto dependerá del clima en que se encuentre y de los gustos personales.
Luego, comienza la siembra; se trazan los surcos en el suelo para depositar allí las semillas o bulbos bien separados entre sí y cubiertos con tierra (este paso es vital) antes de regarlos.
Tome nota que algunas plantaciones requieren mayor profundidad. Pero algo que todas tienen en común es que deben mantenerse húmedas hasta germinación completa.
El sistema de riego y control de plagas.
Un adecuado riego es un aspecto básico para que la plantación tenga éxito. Dependiendo del tipo de suelo, el clima y las necesidades de la cosecha, se determinará cuántas veces a la semana hay que regar.
Por lo que se recomienda hacerlo luego del atardecer para evitar la evaporación excesiva.
Además, se necesita aplicar abono orgánico para nutrir el suelo y darle fuerza a las plantas. Tome nota que para ello es necesario determinar que producto y frecuencia usara. Algo que desde luego dependerá del tipo de plantación que tenga.
De la mano con esto, deberá tener en cuenta que todo cultivo requiere control de plagas y enfermedades para así obtener sus mejores resultados. A través de esto se logra prevenir e identificando los principales problemas y aplicar las soluciones adecuadas. Esto con el fin de que la casa huerta produzca la mejor cosecha.
Por supuesto, los resultados no siempre serán inmediatos ni evidentes. Por este motivo es importante formarse sobre todos los aspectos necesarios para disfrutar cultivando una huerta casera durante mucho tiempo.